Esta serie de fotografías explora la intersección entre la vulnerabilidad y la valentía a través del desnudo. Las mujeres retratadas se enfrentaron a la poderosa experiencia de exponerse física y emocionalmente, permitiéndome capturar algo más que su cuerpo: sus historias, sus miedos y su fuerza interna. Cada imagen es un testimonio de cómo la vulnerabilidad puede ser transformada en una declaración de poder.

En estas fotografías, la desnudez no es un fin en sí mismo, sino un medio para conectar con lo esencial, lo auténtico. Las poses, las expresiones y los matices transmiten un mensaje profundo: que ser vulnerable es también ser valiente, además de la relación de valentía con lo que implica ser madre. Cada mujer plasmada en esta serie lleva consigo una narrativa única, y juntas forman un coro visual que celebra la humanidad en todas sus complejidades.

Además, estas imágenes destacan las “imperfecciones” naturales del cuerpo: marcas de ropa, estrías,, cicatrices, celulitis y otras huellas que cuentan historias propias. Lejos de ocultarlas, las celebro como símbolos de autenticidad y resistencia. Estas "imperfecciones" son parte de lo que nos hace humanas, y al plasmarlas en mi obra, busco resignificarlas como elementos de fuerza y belleza.

El contraste entre la fragilidad y la determinación en estas imágenes crea un impacto que invita a la reflexión. En cada retrato, el espectador puede percibir la valentía de enfrentar los propios temores y la fuerza de transformar la vulnerabilidad en una herramienta de empoderamiento. Mi intención es que esta serie no sólo sea contemplada, sino sentida y entendida como una forma de resistencia ante la presión social, a autoaceptación y sentirnos libres como mujeres.